lunes, 27 de mayo de 2013

Hugh Masekela - Grrr

Es como si la maleza y los árboles y las praderas de Sudáfrica fuesen de un color muy brillante y ocre (casi dorado y negro a la vez), como si los niños corriesen dando vueltas alrededor de un tigre recién nacido que les saca la lengua y estira la pata con ganas de jugar, como si el sol también jugase con las sombras y la música de la gente supiese a caramelo y a sagrada comida de domingo, cuando todas las familias se juntan y rezan con la boca llena de pastel de zarzas y hacen chasquidos con la lengua que suenan como risas entrecortadas encubiertas.
Me pasa con Abdullah Ibrahim y también me pasa con Hugh, de la misma manera que en USA el blues, que es su esencia ("te fuiste baby/y estoy solo/con mis cigarros de liar") lo impregna todo, aquí este algo (esta cosa) está por detrás de cada nota, sustentándola, igual que las sombras de los árboles en la sabana sustentan su presencia física imponente. Y esta cosa (este algo) está diciendo todo el rato: soy libre!!


Por eso decía lo del color, porque (como todo el mundo sabe) el color de la libertad existe, aunque nadie sepa muy bien qué tonalidad tiene, y lo mismo pasa con el sonido de la felicidad, que está ahí, pero sólo muy de vez en cuando alguien lo coge como se cogen las ciruelas de un árbol, y lo toca (y cuando alguien lo toca es importante decir que, seguramente, no sabe que lo está tocando).
Entonces, ¿qué sentido tiene si la magia está por detrás de cada sílaba y de cada piedra? Si luego no la comprendemos... Supongo que es lo mismo que la música y los misterios, en realidad no hace falta comprender ni resolver nada, basta con escuchar, estar involucrado, metido en la movida, girando con los niños que sonríen alrededor del tigre recién nacido, que le tiran pelotitas de carne para que juegue y crezca y así, algún día, pueda ser tan grande como el sol, para que todos los niños (que seguirán siendo niños) monten en sus lomos y se vayan a visitar las sombras del mundo (o el mundo de sombras), donde crecen las ciruelas más grandes y jugosas que nunca nadie haya visto.

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