Siempre hay una melodía, por detrás, oculta casi
indescriptible que se menea por los parques junto a muchas hojas que revolotean
en círculos por el aire y flotan y se atusan las unas a las otras los sobacos
estrellados de sus ocres tallos, cantando; una melodía por detrás de las
tiendas de licores y los quioscos que abren cada amanecer gris caído, por
detrás de los obreros que lanzan piedras al infinito más allá del precipicio y
luego beben enjutos en la barra de un bar donde alguien pide pelea y todos las dan
en las esquinas de los meaderos, la melodía, sí sí, dónde está, la veo cuando pasan por el
parque las muñecas de sostenes rojos agitando faldas y tacones que apenas
cubren dos palmos de sueño, oh sí nena eres mi sueño y eres mi piedad, la
melodía está en tus piernas y la felicidad son tus dedos cuando rebotan en el
tablero, ¿un básquet?, en la melodía cabe todo, en la melodía caben hasta los
culos más gordos de las chicas dulces que sonríen tímidas en la parada del
autobús, en la melodía caben melancólicos momentos de pátinas azuladas cuando
las manos se separaban en la despedida de un portal con aliento a borrachera,
en la melodía están los susurros de la muerte que se alargan entre las ventanas
de rascacielos brillantes y están los brazos de la nieve que envolvían cada
ficha del parchís cuando nos sentamos bajo el sauce en aquella explanada de
polvo blanco y jugamos horas silbando lo que nos venía en gana (porque sí, la
melodía no tiene reglas, la melodía es un piano y un oboe en un rincón, una
tela de araña que te mira al cagar, los cantos de las gaviotas tontas y los
listos renacuajos que se esconden al silbar, la melodía canta, tralalalá, desde
los árboles y nadie sopla detrás de ella, nadie la escucha pero todos se
empalman al verla pasar, y un silbido, una mota, una gota de lluvia cuando
todos salen al parque con sus cestas y sus mantas de picnic y las botellas de
vino sobresaliendo de entre los pantalones; la melodía nunca llora y tiene
pezones gigantes y un par de huevos fritos que cuelgan en la alacena, tiene mayonesa
y kétchup a raudales aunque nadie los quiera y todos los deseen, tiene bigotes
persas y gatos de pandora que abren lazos de regalos escondidos y juegan con
bolitas de azafrán, tiene pelos en el culo y pajitas caribeñas con paraguas
rosados para chupar los licores mixtos que todos nos preparamos sin saber cómo
hacerlo cada noche al abrazar, tiene repeticiones anexos sincronismos
palimpsestos que se cruzan y se rozan cuando ella mueve la cama y ella va y
vuelve con los ojos del mundo que la rodean, tiene caspa y amor en las manos y
es feliz la melodía y siempre recuerda los momentos que no existen, como cuando
tú y yo nos encontramos en el borde del volcán, hace años, quizá, sonriendo,
mirando el vacío oscuro y redondo que engullía la luz allí abajo y que se
llenaba despacio, poco a poco, con la saliva que caía de nuestras bocas gota a
gota al cantar la melodía).
yeah
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